Newman, clausurado

Newman, clausurado.

La URBA suspendió la cancha de Newman, equipo con chances matemáticas de entrar en la definición, por las protestas e insultos que recibió el árbitro Federico Cuesta por parte del público en la 4º fecha. “Miremos a todas las parcialidades de la misma manera”, dijo Nicolás Piccaluga.

Las suspensiones de cancha en la URBA no paran de caer. El primero en sufrir la sanción fue Lomas, que no puede utilizar Longchamps desde la 6º fecha. Después, Pucará debió jugar en la Catedral del CASI en la jornada 10, mientras que la Unión le atrasó a Alumni la suspensión que tenía impuesta para el último fin de semana frente a Hindú y que se cumplirá frente a La Plata.

El que cayó ahora fue Newman. Los de Benavídez no volverán a jugar en condición de local en lo que resta del año, ya que el próximo fin de semana visitarán al SIC, mientras que en el cierre tendrán que ir a Don Torcuato a jugar contra Hindú donde, dependiendo de lo que pase frente a los zanjeros y lo que haga Atlético del Rosario, quizás hasta puedan llegar con chances de clasificación para los playoffs. “Vamos a ver qué sale, el equipo está bien y ojalá pueda hacer un buen papel”, dijo Nicolás Piccaluga, quien se perderá las dos últimas fechas por lesión.

La suspensión se basa en las protestas e insultos que recibió el árbitro Federico Cuesta en la derrota del Cardenal frente al CASI, en la 4º fecha del Top 14. “Está bien, si eso fue lo que pasó. Yo estaba jugando, no tengo tan presente lo que pasó afuera de la cancha. Creo que es justa; ahora, miremos a todas las parcialidades de la misma manera, no creo que la de Newman sea la peor ni la única”, comentó el centro, presente en aquel encuentro.

Piccaluga, quien se resintió de un golpe en el hombro en la última fecha ante Belgrano, deberá someterse a una operación -probablemente la semana que viene- y a una recuperación que le demandará alrededor de seis o siete meses.

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